En un comunicado, el sindicato destaca como factores determinantes del riesgo de acidente la utilización de autobuses antiguos, ya desechados para otros usos, y la vigencia de la normativa de seguridad de 1983, que no establece medidas específicas sobre las condiciones que deben cumplir estos conductores.

Además, apuntó que el transporte escolar suele ser una actividad secundaria de empresas pequeñas o trabajadores autónomos, que en muchos casos realizan sus tareas con el cansancio acumulado de otros trayectos.

A esto hay que sumar la ampliación de los recorridos a partir de laaplicación de la reforma educativa sin una red de centros suficientes, que obliga a los alumnos de zonas rurales a realizar trayectos que fácilmente alcanzan una hora de duración.

CCOO lamentó que estos factores no sean objeto de preocupación para la Administración, que actualmente prepara un real decreto sobre condiciones de seguridad de transporte de menores que, a su juicio, "sguirá haciendo del transporte escolar un cementerio de autocares", puesto que permite una antigüedad de hasta 18 años para os vehículos.

Por otra parte, denunció que no se plantea ninguna medida en relación a la adaptación de los autocares para los menores con discapacidades físicas, lo que afecta negativamente a los casos de centros con planes de integración.