El sindicato ha decidido denunciar la carencia de medidas preventivas en el capo onubense, donde en la actualidad trabajan cerca de 40.000 temporeros, tras la muerte de un joven de 18 años, José Pereira, que pereció en un accidente laboral el pasado jueves cuando manipulaba un aparato de fumigación en una finca de Cartaya.

Según Colomer, la situación es "caótica", ya que los empresarios continúan infringiendo la normativa en esta materia, a pesar de las revisiones efectuadas por los servicios de inspección del Ministerio de Trabajo, "que no lleva a cabo una investigación exhausiva para detectar las numerosas irregularidades que se cometen en el sector".

El delegado sindical comentó que el incumplimiento de las medidas de seguridad está generalizado, por lo que teme que haya nuevos siniestros laborales.

Asimismo, denunció que las condiciones de trabajo en las plantaciones son "infrahumanas", sin que los trabajadores puedan adoptar medidas de presión y protesta "porque seráin despedidos".

Entre las irregularidades reseñadas, destacó que un gran porcentaje de los reclectores de la fresa carecen de "un lugar digno para habitar fuera del horario laboral", además de trabajar más horas de las permitidas, "algunos incluso sin la correspondiente documentación".

Durante la anterior campaña fresera, los sindicatos mayoritarios UGT y CCOO interpusieron ya numerosas querellas contra los propietarios de las fincas por supuestas irregularidades laborales.

En la recolección de 1992, que se prolongará hasta el mes de junio, trabajan cerca de 40.000 temporeros, de los que a mayoría proceden de las provincias de Sevilla, Cádiz y Huelva, así como de Marruecos y Portugal.