El demandante mantiene que los furtivos saltaron la valla de la finca, situada en las estribaciones de la Sierra de Gredos y propiedad de la Agencia de Medio Ambiente, en la que estaban las cabras.

Los cazadores mataron tres de las seis cabras que había en la finca, pero sólo se llevaron una, ya que alguien debió sorprenderles. Los dos cadáveres que abandonaron tenían un sólo disparoen el cuello.

Domingo Borbolla calificó los hechos como delito ecológico y aseguró que uno de los ejemplares muertos había tenido recientemente una cría.

El director de la Escuela Taller de Losar de la Vera valoró en unos tres millones de pesetas las tres cabras hispánicas, especie que sólo está representada en el planeta por unos 2.000 ejemplares.

Los responsables del centro cacereño estaban estudiando el comportamiento de estos animales para poder reintroducir la especie en algunas zonas d la provincia.