La federación, que afirma en una nota estar siguiendo "con preocupación" la evolución de la crisis provocada por la gripe aviar, está en contacto permanente con los organismos internacionales competentes a través de la Federación de Asociaciones de Cazadores de la Unión Europea (FACE) y permanece a la espera de las decisiones que adopten las autoridades comunitarias.

Por lo que se refiere a la repercusión de esta crisis en el mundo de la caza, se ha constatado que el cazador puede estar dentro de los grupos de riesgo por la caza de las aves migratorias, aunque las posibilidades de contagio son muy remotas. Pese a ello, algunas comunidades autónomas han recomendado la vacunación para los cazadores.

Entre las aves migratorias, el grupo de más riesgo sería el de las acuáticas que llegan todos los años a España para pasar el invierno. Según la federación, "se deberán hacer continuos controles para detectar los posibles casos y si los hubiere tomar las medidas oportunas rápidamente".

A juicio de los responsables de la Federación de Caza, las actividades al aire libre en las que las personas tienen contacto directo con aves silvestres, como la caza y la ornitología, no deberían ser restringidas actualmente en la UE.

"En ningún momento se debe prohibir la caza de migratorias, sino por el contrario autorizar su caza efectiva con la realización de controles de capturas para comprobar el estado sanitario de esas aves", afirma la RFEC. "El cazador es una pieza fundamental en la detección de esta enfermedad en aves migratorias".

Sí se recomienda a los cazadores que adopten medidas de higiene precautorias tras estar en contacto con aves, como lavarse bien las manos, y que comuniquen a las autoridades sanitarias el hallazgo de toda ave muerta sospechosa.