Según indicaron a Servimedia fuentes gubernamentales, el terrorismo yihadista se ha fusionado bajo unas mismas siglas, las del Grupo Salafista para la Predicación y el Combate - conocido como la sucursal de Al Qaeda en el norte de África-, y pretende convertir a España en su puerta de entrada a Europa.

Con esta fusión de los grupos terroristas en el norte del Magreb, España ha dejado de ser sólo un lugar de formación y reclutamiento con células durmientes y ha pasado a ser la entrada de este terrorismo internacional.

España se ha convertido así, según las fuentes consultadas, en el lugar de asentamiento de una célula operativa de Al Qaeda, como prueba la reciente detención de 14 presuntos terroristas islamistas.

Las pretensiones de estos activistas, que aspiran a asentarse cada vez más en España, está encontrando la respuesta de los servicios españoles de Inteligencia, que consideran que estos grupos plantean una amenaza permanente con un riesgo alto.

A este respecto, la información de que dispone el Gobierno apunta a que se ha pasado de una situación en la que había en España terroristas "de paso" a otra en la que hay una presencia activa más estable de estos elementos violentos.

Incluso, la concentración de estos activistas en Cataluña y Valencia ha llevado a pensar a los servicios de inteligencia españoles y a los franceses en la posibilidad de realizar operaciones conjuntas y crear equipos en la lucha contra el terrorismo internaconal similares a los que se han activado para combatir la amenaza de ETA.

PAQUISTANÍES E INDIOS

El origen de los miembros de estos grupos terroristas no sólo se sitúa en el norte de África (marroquíes, argelinos o tunecinos), sino que cada vez son más los que vienen de India, Paquistán y países de Oriente Medio.

Precisamente, en la operación realizada el pasado fin de semana por la Guardia Civil en Barcelona fueron detenidos 14 presuntos terroristas islámicos de nacionalidad paquistaní.

Esta operación llevaba tiempo diseñada por las Fuerzas de Seguridad, que se mantenían a la espera de que se demostrase la verdadera intención de atacar por parte de los presuntos terroristas.

La prueba necesaria apareció en los últimos días, con la llegada del material susceptible para cometer atentados violentos.

En concreto, la Guardia Civil realizó registros en cinco domicilios, un local comercial de la barcelonesa calle Hospital y dos mezquitas, en los que encontraron cuatro temporizadores, teléfonos móviles y distinto material informático.

De hecho, los servicios de inteligencia consideran que algunas pequeñas mezquitas localizadas en centros urbanos se han convertido en lugares de interés estratégico para la lucha antiterrorista.