Si bien las causas de la mayor prevalencia en estas regiones se desconocen, quizá se deba a la "posible mayor utilización en esas zonas de la detección de antígenos urinarios de legionella para su diagnóstico", según uno de los coordinadodores del trabajo, el doctor José Blanquer.

La legionelosis es una infección respiratoria aguda, provocada por la bacteria legionella, que puede llegar a causar la muerte y que provoca entre el 2 y el 8% de los casos de neumonía.

Su incidencia aumenta cada año en España, "sobre todo en la zona mediterránea", según el documento de consenso de la SEPAR sobre Neumonía Adquirida en Comunidad, que señala también que de 1997 a 2002, los casos se incrementaron en un 763%.

El informe apunta igualmente que el origen más frecuente de esta patología es "la eliminación de aerosoles producidos por torres de refrigeración e instalaciones de agua caliente", aunque puede transmitirse también a través de redes de distribución de agua potable y agua sanitaria, donde encuentra condiciones de temperatura idóneas para su multiplicación y nutrientes apropiados.

El contagio en el hospital ocurre en uno de cada cuatro casos y es el más grave, ya que suele afectar a pacientes con sistema inmunitario débil. En estos enfermos la mortalidad alcanza el 20 ó 25%, frente al 3-5% en los casos aislados. No obstante, los expertos indican que estas cifras están descendiendo, debido a la mejora en las pruebas de detección.

El tabaquismo multiplica el riesgo de padecer esta patología, que se manifiesta con fiebre elevada, malestar general, falta de apetito y dolor de cabeza, así como con una variedad de síntomas, que van desde la tos suave hasta estupor, neumonía rápidamente progresiva y fallo multiorgánico.