Tras analizar el informe de Repsol Química, los técnicos de la Subdirección General de Seguridad Industrial han comprobado que la causa del accidente fue una "mala práctica" puesto que se produjeron dos deficiencias.

Por un lado, según informó en una nota el Gobierno catalán, los técnicos han detectado que hubo un fallo en el diseño del sistema de recogida de aguas residuales al existir, sin que la empresa tuviera conocimiento, una conexión directa al río Francolí de una parte de las instalaciones.

Por otro lado, también han observado una falta de mantenimiento de las conexiones flexibles de trasvase de las aguas residuales del tanque. Esta segunda deficiencia impidió detectar la falta de estanqueidad de la conexión y la posterior corrosión que, finalmente, ocasionó la rotura de la manguera.

Por ello, la Generalitat exige a la empresa la revisión completa del sistema de recogida de aguas de la planta del Morell, para garantizar que no se repita el accidente, y un plan de mantenimiento específico de las conexiones flexibles. Los trámites del otro expediente, abierto por la Agencia Catalana del Agua, siguen su curso.

El derramamiento de aguas residuales, que contenían fenol, se produjo el pasado 6 de febrero durante las maniobras de transporte del líquido hasta la planta de tratamiento. El accidente provocó la muerte de más de 1.200 kilos de peces, mayoritariamente anguilas y carpas, por falta de oxígeno.