Esto supone un aumento del 4% en comparación con el año pasado, según explicó hoy a Servimedia el presidente del Gremio de Floristas de Cataluña, Lluís Vilagran.

Casi 2,5 millones de esas rosas se venderán en la capital catalana, Barcelona.

Su precio oscila entre los cuatro euros y los 20 euros, en función de los adornos que acompañen a la flor. La más simple lleva sólo papel de acetato, unas espigas y una cinta con la bandera catalana. Las más ornamentadas pueden llevar un pie de porcelana o, incluso, un muñeco de peluche, la mayor parte de las veces con forma de dragón (en alusión al santo).

Según Vilagran, esta tradición de regalar libro y rosa se extiende entre todas las franjas de edades y tiene bastante éxito, incluso entre las personas que son de fuera pero están pasando una temporada en Cataluña.

Además, al contrario de lo que sucede, por ejemplo, en el día de los enamorados, en Sant Jordi no se regala la flor a una única persona, sino que "hay quien compra hasta siete u ocho rosas para regalar a familiares, amigos y compañeros", dijo.