Maragall contraatacaba así a Pujol que hoy mismo dijo también en Madrid que Cataluña perdería capacidad de influencia sobre el Gobierno central si CiU perdiera las elecciones, porque los candidatos de partidos de ámbito nacional se dben a sus formaciones políticas.

El candidato socialista advirtió que en estas elecciones "todos estamos jugando al mismo juego, que es formular políticas que puedan ser aceptadas en Barcelona y en Madrid, en Bilbao, en Santiago de Compostela y en Andalucía".

En este sentido, explicó que él se ha "tomado la molestia" de visitar varias comunidades autónomas donde ha comprobado que "las cosas están cambiando hacia algo que Pujol no puede hacer porque no le sale del alma, que es dialogar en serio, cn franqueza, con exigencia pero con rigor, con sensatez y con moderación sabiendo que los resultados no serán a corto plazo".

A su juicio, con estas afirmaciones, Pujol intenta que la obra hecha durante 20 años al frente del Gobierno de la Generalitat "tape las posibilidades inmensas que tenemos en los próximos 4 años, pero no lo va a conseguir", advirtió.

En este empeño, Maragall se siente respaldado por el PSOE en el que, reconoció, "hace dos años no hubiera sido posible nuestro planteamiento prque había un reflejo inmediato de desconfianza hacia la periferia, pero esto ha cambiado y el PSOE ha incorporado el federalismo como su gran objetivo en politica autonómica".