En un mitin celebrado en Granollers (Barcelona), el líder de IC aseguró que uno de los objetivos de su formación es poner todos los medios posibles para combatir la abstención, ya que perjudica a los partidos de izquierda. Añadió que, para Pujol, "cada punto que aumenta la participación electoral es una posibilidad más de cambiar el mapa político de Cataluña".

Ribó insistió en diversas ocaiones en que CiU ha gobernado quince años "en favor de los poderosos", a pesar de que ahora presenta su obra como hecha en beneficio de todos los ciudadanos. Explicó que "el franquismo también nos decía en el año 50 que ya teníamos 10.000 teléfonos y el 60 hasta 20.000".

A su juicio, el balance de los dos años de colaboración entre CiU y el PSOE es negativo porque los nacionalistas catalanes permitieron "la corrupción del Gobierno central" y entre los dos construyeron "una fosa de silencio".

Afiró que Cataluña "no ha sacado ni una tajada del pacto González-Pujol", a pesar de haber utilizado a esta comunidad autónoma "como moneda de cambio".

Ribó también arremetió contra el candidato socialista, Joaquím Nada, señalando que ahora "promete cosas contra las que había votado cuando nosotros las propusimos", y contra el Partido Popular, del que dijo que es "la derecha pura y dura", y que también ha beneficiado siempre a los poderosos.

Por su parte, Pablo Castellano, ex dirigente del PSOE y actal miembro de Izquierda Unida que también participó en el mitin, se refirió a "las consecuencias negativas" que ha tenido la colaboración de CiU con el Gobierno central.

A su juicio, "este estado democrático no goza de buena salud". Responsabilizó a Pujol de la sucesión de escándalos en el Ejecutivo central "porque sin el auténtico gobierno de coalición, el señor González no se hubiera atrevido a hacer lo que ha hecho".