La instalación cuenta con un equipo informático que permite el control de la intensidad y el color de la luz, por lo que la imagen del castillo se puede adecuar cromáticamente a voluntad, pudiendo programarse distintas tonalidades.

De este modo, la iluminación se activará cuando la intensidad de la luz natural sea insuficiente -en la puesta de sol- hasta la 1 de la mañana, por lo que variará según la estación del año, ofreciendo blancos más azulados en los meses más fríos y más ocres en primavera y verano.

Según el Gobierno madrileño, este nuevo sistema permitirá una importante reducción de la contaminación lumínica ambiental, pasando de consumir 60.000 watios a 6.700, lo que supone un ahorro de más del 80% de la potencia total instalada y, en consecuencia, del consumo eléctrico.

Se van a utilizar luminarias de 90 watios, frente a las de 250 que tradicionalmente se venían usando, con la única excepción de la Galería de Juan Guas, que contará con proyectores que incorporan tecnología de vanguardia mediante "leds" con cambio de color dinámico y que sólo consumen 14 watios. De esta forma, señala la Comunidad, también se consigue una importante reducción de la contaminación lumínica medioambiental.