En rueda de prensa en Toledo, García-Page agregó que "a nosotros como región, el gobierno que se forme en cada comunidad autónoma no deja de ser nada más que el juego político que corresponde a cada autonomía" y que "lo que realmente debe importarnos es la repercusión en la política nacional que tienen algunas decisiones autonómicas".

Sin embargo, advirtió que En este sentido, "no se puede volver a producir que determinadas formaciones políticas condicionen la política nacional más de lo razonable".

Asimismo, el vicepresidente segundo hizo especial hincapié en la estabilidad que deben buscar los gobiernos autonómicos para el conjunto de España "se deben defender los intereses generales y la estabilidad, independientemente de los requiebros y vaivenes electorales", dijo.

El portavoz del Ejecutivo castellano-manchego también declaró que "en ningún caso se pone en cuestión la legitimidad de los partidos políticos de Cataluña" y insistió que "España debe estar liberada de las peripecias que se dan en alguna comunidad autónoma".

No obstante, concluyó que al Gobierno regional "le hubiera gustado la formación de un Gobierno catalán conforme a la voluntad mayoritaria que se ha reflejado en las urnas y que trasladara a su vez mayor estabilidad en las relaciones de esa Comunidad autónoma con el resto del país".