El protocolo prevé avanzar en una mejor atención sanitaria y de emergencias más cercana y eficaz, al tiempo que dedicará una especial atención a las cuestiones sociales, como la asistencia a los dependientes y a las mujeres víctimas de violencia machista.

Del mismo modo, este acuerdo persigue poner a disposición de los ciudadanos de ambas comunidades los recursos que ya existen en Castilla y León y en La Rioja.

Ambas administraciones se han marcado también como objetivo la puesta en marcha de iniciativas culturales que contribuyan a reforzar los signos de identidad comunes a los dos territorios aprovechando algunos de los elementos que comparten.

Los acuerdos se extienden a otras materias, como el medio ambiente, la protección a la infancia, a las personas mayores y a los jóvenes, así como otras cuestiones relacionadas con la protección civil, la agricultura y la ganadería.

El último protocolo genérico de colaboración entre Castilla y León y La Rioja fue firmado el 26 de octubre de 2005. Entonces, Juan Vicente Herrera y Pedro Sanz mantuvieron un encuentro del que se derivaron otros convenios sectoriales de desarrollo en materia de empleo, incendios forestales y carreteras. Todos estos documentos fueron suscritos por los respectivos consejeros entre noviembre de 2005 y mayo de 2007.