Así se desprende del último "Incendiómetro" de WWF/Adena, informe en el que esta organización analiza el grado de vulnerabilidad de cada región ante los incendios forestales y que recuerda que en España se producen 20.500 incendios cada año, que queman una media de 150.000 hectáreas. En el 96% de los casos, el hombre es el responsable.

Tras analizar 20 variables, como el riesgo por combustibilidad, por ausencia de gestión forestal o por despoblamiento, Castilla y León presenta un 64% de riesgo de sufrir incendios.

Según explicó en rueda de prensa el secretario general de esta ONG, Juan Carlos del Olmo, a esta comunidad le siguen a la cabeza de "ránking" Galicia (58%), Extremadura (56%), Comunidad Valenciana (56%) y Canarias (56%).

Para WWF/Adena, la principal causa de este problema reside en la falta de gestión forestal, ya que "menos del 13% de la superficie forestal española cuenta en la actualidad con los planes de gestión que exige la Ley de Montes". Por el contrario, entre las que se presentan como "menos vulnerables" destacan Madrid, La Rioja, Baleares y Murcia.

Aunque en la última década la superficie afectada por el fuego se ha reducido en más de un 8%, la eficacia de los dispositivos de extinción se ha incrementado "notablemente" y se ha intensificado la presión judicial (multiplicándose por dos el número de detenidos desde el año 2000), el informe advierte de que el número de incendios ha crecido en más de 2.000 casos al año.

De igual forma, ha aumentado la incidencia de los grandes incendios forestales, que "cada vez queman más superficie". Según Del Olmo, el 70% de la superficie que se quema en este país corresponde a Galicia, Castilla y León, Andalucía, Extremadura y Valencia, comunidades que, a su juicio, son "auténticas bombas incendiarias que esperan una simple mecha para explotar".

Según indicó el responsable del programa de Bosques de WWF/Adena, Félix Romero, España está tan desprotegida ante los incendios como hace 20 años. Según dijo, "un análisis detallado de los datos de los últimos 17 años revela que en todo este periodo no se ha conseguido mejorar las estadísticas de los incendios, a pesar de las crecientes inversiones".

MILLONES DE EUROS PERDIDOS AL AÑO

En cuanto al impacto económico, el estudio revela pérdidas que alcanzan los 5.500 euros por hectárea forestal quemada, sin contabilizar los gastos de prevención y extinción. Esta cifra supone que las pérdidas asumidas por España han alcanzado unos 14.000 millones de euros desde 1991 a 2006.

Además de su impacto ambiental (emiten seis millones de toneladas de CO2 anuales), estos fuegos suponen para España unas pérdidas anuales equivalentes a 1.500 millones de euros.

Asimismo, los ecologistas lamentan que "apenas se ha avanzado en la investigación de causas", ya que sólo se ha incrementado en un 3% el número medio de incendios con causa conocida y se ha identificado casi un 8% menos de culpables en relación al total de incendios tras los cuales está la mano del hombre.

Para este verano, las previsiones no son nada halagüeñas: "los grandes bosques que han surgido tras las lluvias de la primavera se secarán con las semanas de intenso calor que se esperan" y serán "caldo de cultivo" para nuevos siniestros.

Ante esta situación, WWF/Adena insiste en que es "imprescindible" reforzar al máximo la inversión en el ámbito de la prevención y garantizar la aplicación de los planes de gestión forestal.

De este modo, pide a los gobiernos central y autonómico "que alcancen un pacto de Estado" que les lleve a incrementar en hasta un 40% la superficie forestal bajo planes de gestión en vigor para 2010, así como su certificación por el sistema "FSC" para 2012. Al no actuar, "los políticos están jugando con fuego", concluyó Del Olmo.