Esparza acudió a Pamplona para testificar por segunda vez como imputado ante el juzgado de Instrucción número 1 de esta ciudad. El testaferro de Roldán quedó en libertad provisional sin fianza, después de tres horas de delaración.

A su entrada a los juzgados Esparza fue interrogado por los periodistas sobre su posible encarcelamiento, a lo que respondió que ésa era "una pregunta oportuna y conveniente. Es la pregunta del millón".

Poco después, y en presencia del magistrado instructor, el fiscal del caso y siete letrados, las manifestaciones de Esparza fueron poco clarificadoras, incluso en aquellas cuestiones donde existen pruebas documentales de cargo.

El imputado negó conocer la existencia de diversos cheqes con los que sus sociedades y las de Roldán, Urralburu y Aragón adquirieron propiedades inmobiliarias. Algunos de éstos proceden, presuntamente, de acuerdo con las pruebas ya recabadas, de las constructoras Huarte, Aldesa, Obrascón y otras empresas que realizaron obras públicas en Navarra de 1988 a 1991.

Esparza reiteró su negativa ante todas las afirmaciones de cobro de comisiones por parte de Urralburu y Aragón, instadas o conocidas por él. Por ejemplo, rechazó de plano que un cheque de 47 millone de pesetas procedente de Huarte fuera el pago de una comisión del 5 por ciento por la adjudicación a esta firma de una obra en las cercanías de Pamplona, tal y como señaló el fiscal.

A lo largo de su testimonio, el testaferro de Roldán dejó claro su extenso conocimiento sobre las declaraciones que han venido realizando otros testigos de esta trama frente, a las que aportó todo tipo de matizaciones o versiones diferentes.