Revela asimismo que un 40 por ciento de los ancianos estima que la jubilación es algo a lo que no es posible acostumbrarse, frente a un 56 por ciento responde afirmativamente al preguntársele si es "estupendo" estar retirado.

VER LA TELEVISION, PRINCIPAL OCUPACION

Respecto a la actividad a la que principalmente dedican su tiempo, más de la mitad de los entrevistados declararan como principales entretenimientos pasear, en primer lugar, y ver la televisión, en segundo.

Otras actividads de ocio señaladas son hacer labores o jugar a las cartas, en un 14 por ciento de los casos; leer, en un 10 por cien; escuchar la radio, en un 7 por cien; e ir al club de jubilados, en un 6 por cien.

La televisión tiene detractores y defensores. Entre los primeros, están quienes aseguran que induce a la pasividad, que da una imagen negativa de la vejez y una visión catastrófica del mundo, y que hay una relación demostrada entre televisión y obesidad.

Entre los defensores figuran quienes la consieran como una ventana abierta al mundo, que ofrece información y proporciona a la persona aislada un contacto con el exterior y aporta motivos de conversación diferentes de sus enfermedades o problemas personales.

Entre los ancianos de Bilbao, que pueden considerarse una muestra representativa de los de las grandes ciudades españoles, un 62 por ciento declara tener la televisión conectada casi todo el día y a un 59 por cien le ocurre lo mismo con la radio.

Unicamente un 10 por ciento dice no oir unca la radio y un 7 por cien asegura no ver nunca la televisión, mientras que un 26 por cien jamás lee la prensa. Este última porcentaje asciende hasta el 40 por cien si se trata de revistas y hasta el 58 por cien en el caso de los libros.

DICEN QUE NO SE ABURREN

Por otra parte, 60 de cada 100 encuestados declara salir de vacaciones. De ellos, un 25 lo hacen solos o con el cónyuge, 28 con los hijos y 8 con los familiares o amistades. El 40 por cien restante se queda en casa.

Los resultados de a encuesta desmienten también el estereotipo de que los ancianos se aburren, ya que sólo un 13 por cien declara experimentar esa sensación a menudo o todo el día.

Entre las actividades que mueven a los ancianos a salir a la calle, la primera es "dar una vuelta por ahí", la segunda ir a la iglesia, la tercera comprar comida, la cuarta visitar la familia y la quinta visitar a las amistades.

Por lo que se refiere a los problemas percibidos como más acuciantes, los encuestados apuntan en primer lugarlos relacionados con la salud, seguidos de la falta de dinero, la soledad, la marginación social y el rechazo familiar.

No obstante, la mayoría demuestran mantener el ánimo bastante alto, ya que un 60 por ciento asegura que no se siente viejo, si bien esta impresión de optimismo es mucho mayor entre los ancianos con mayores ingresos, grupo en el que alcanza el 75 por cien.

Aún así, sólo un 44 por ciento contesta afirmativamente al preguntársele si es bello ser viejo, mientras que un 50 por cien rsponde negativamente y un 6 por cien no sabe o no contesta.

En este punto, la valoración positiva es sensiblemente más frecuente entre los ancianos casados (un 46 por cien) y viudos (44 por cien) que entre los solteros (38 por cien).

En sus conclusiones, el estudio del CIS indica que, de la investigación, se deduce que "el problema de la vejez es su mala imagen; eso lleva a contemplarla con aversión y temor".

Señala asimismo que las personas ancianas viven estrechamente relacionadas con sus amilias y se mantienen vinculadas a la sociedad, aunque perciben que son apartadas por ella.

Además, tanto la salud como la pobreza se hallan en ocasiones asociadas a la soledad. Por ello, concluye el informe, mejorar las pensiones y evitar la soledad o paliarla "puede incrementar sensiblemente el bienestar de las personas ancianas".