Así ocurre principalmente en los sectores de agricultura (34,6%) y construcción (22,4%), seguidos por la hostelería (13,5%), el servicio doméstico (9,8%) o como empleados de algún establecimiento con propietario marroquí (8,8%).

Asimismo, el informe hace referencia al importante desplazamiento de universitarios formados en Marruecos que optan por la búsqueda de mejores condiciones laborales a cualquier precio, sacrificando su nivel de formación en los lugares de destino y ocupándose mayoritariamente de trabajos no cualificados.

El director del Centro de Estudios Andaluces, Demetrio Pérez, y el investigador y doctor en Antropología Social, Mokhtar Mohatar Marzok, han presentado este estudio, que cuenta con el apoyo de la Fundación Tres Culturas del Mediterráneo y la Dirección General de Coordinación de Políticas Migratorias de la Consejería andaluza de Empleo.

En los últimos 10 años se ha observado un continuo crecimiento de la población inmigrante marroquí en Andalucía, con un total de 92.712 personas en enero de 2008, por lo que representa el segundo colectivo asentado en la comunidad autónoma después de los ciudadanos del Reino Unido.

Tras Cataluña y Madrid, Andalucía se perfila como lugar de destino preferente, con concentraciones especiales en la Costa del Sol -comercio y sector turístico- y en la provincia de Almería -agricultura intensiva-.

El perfil de los inmigrantes marroquíes que eligen Andalucía como destino es el de una población eminentemente masculina, de entre 30 y 50 años, que procede principalmente del norte de Marruecos, de la parte que correspondería al antiguo Protectorado Español (1912-1956).

En cuanto a su situación jurídica, un porcentaje cercano al 80% afirma disponer de permiso de trabajo, el 12% se encontraría en situación no legalizada y el 8% restante correspondería a estudiantes.