El plan tiene dos objetivos: asegurar el mantenimiento de un estado de conservación favorable de la especie y minimizar el conflicto social en el medio rural, según informó hoy el Ejecutivo autonómico.

El decreto establece las medidas para garantizar la conservación del lobo a largo plazo y la mejora de la compatibilidad de la especie con la ganadería extensiva, de forma que ésta no se convierta en un elemento más que pueda afectar a la viabilidad económica de las explotaciones castellano-leonesas.

La vigencia del plan es indefinida, aunque se prevé su revisión general cada diez años y de forma extraordinaria cuando las circunstancias lo aconsejen.

El plan, que estima en 149 el número de manadas y en más de 1.500 el de ejemplares presentes en la comunidad autónoma, según el censo del año 2001, plantea, entre otros objetivos, el mantenimiento de una población estable, la viabilidad de la especie, su aprovechamiento cinegético, el fomento de la investigación, el seguimiento y la educación ambiental acerca de este animal.