Así consta en el estudio que el Comité Español de Representantes de Personas con Discapacidad presentó hoy en Soria sobre la situación de las personas con discapacidad que residen en entornos rurales.

Entre los habitantes de zonas rurales mayores de 65 años, el porcentaje de quienes tienen alguna discapacidad se eleva al 34,3%, lo que supone una importante segmento de población que requiere de grandes necesidades de apoyo. Sobre esta cuestión, el estudio indica que las personas cuidadoras son mayoritariamente las hijas.

Este acercamiento cualitativo a la situación, se complementa con un análisis basado en una explotación específica de la macroencuesta EDDES (Encuesta sobre Discapacidades, Deficiencias y Estado de Salud) realizada por el INE en 1999, pero en esta ocasión desde la perspectiva de las personas residentes en municipios menores de 10.000 habitantes.

La EDDES refleja también que las personas con discapacidad que residen en el medio rural, por comparación con las que lo hacen en el medio urbano, se encuentran en desventaja en diferentes entornos de servicios.

Así, por ejemplo, en el campo de la educación se manifiesta un nivel formativo menor, ya que estas personas reciben menos cursos de formación ocupacional. Además, la no escolarización de niños con discapacidad (entre 6 y 15 años) es más del doble que en las ciudades y la diferencia entre el porcentaje de mujeres con discapacidad sin estudios entre el medio urbano y el rural es del 10%.

En cuanto al cuidado de la salud, el estudio revela que las personas con discapacidad del medio rural se ven en la necesidad de utilizar con mayor frecuencia el transporte sanitario (10 días más al año).

Respecto al empleo de este coletivo, es frecuente el trabajo por cuenta propia; hay mayor tendencia a la contratación temporal, acceden en menor medida al empleo público y se recibe un menor porcentaje de medidas de fomento del empleo. El número de parados es mayor que en zonas urbanas.

A través de una serie de entrevistas a expertos del movimiento asociativo de las personas con discapacidad, el estudio concluye que vivir en el medio rural acarrea una serie de dificultades añadidas que someten a la persona con discapacidad a una situación de desventaja múltiple.