Para Cascos, lo importante es "lo que salga de esta cumbre y lo que la presencia del Rey de España y el presidente del Gobierno suponga de impulso al necesario e ineludible proceso de democratiación de Cuba".

Reconoció, sin embargo, que "puede haber otros pequeños detalles", que deben ser considerados "irrelevantes" y que, en cualquier caso, exceden su "capacidad de interpretar gestos".

Cascos explicó que las visitas del Rey o del presidente del Gobierno "no son visitas de interés personal", sino "visitas de Estado", cuyos resultados "no se miden por las anécdotas, sino por su contenido y la consecución de objetivos".

"Este viaje", continuó, "tiene por objetivo fundamental dar coninuidad a las cumbres iberoamericanas y "contribuir, en clave de política respetuosa con los asuntos internos de cada país, con la promoción de la democracia, las libertades y los derechos humanos, "para que avance la transición hacia la democracia en Cuba".

En este sentido, el vicepresidente primero citó como "episodios muy relevantes" el encuentro de Aznar con los líderes de la oposición cubana y el mensaje inequívoco del presidente español en relación con la necesidad de acelerar el proceso de demoratización.