En su segunda intervención, Alvarez Cascos se remitió de nuevo a la primera para reiterar que "jamás" ha dado pie a que se le puda relacionar con el Gal, de cuyas actividades responsabilizó al anterior Gobierno.

Felipe González, dijo, comenzó "negando las evidencias" y "tratando de ocultar" los hechos, de forma que las investigaciones sólo avanzaban "gracias a lo que iban descubriendo los medios e comunicación" sin que el Ejecutivo diera "verosimilutud a su verdad".

"La última fase de esta historia", prosiguió, es "llamar descerebrados" a los jueces y "organizar una farsa" que odebece al propósito de "la trama político-policial de montar la funcion fuera del escenario" y "trasladar la acción al patio de butacas, sometiendo a juicio la labor de un diputado de la oposición".

Tras advertirles que "no lo van a conseguir", afirmó que "los hechos están donde están y los indicios señalan a quiees señalan". "Quienes viven la situación de personajes de Shakespeare, dificilmente van a conseguir convertirse en personajes de Pirandello", agregó.

Alvarez Cascos preguntó al secretario general del Grupo Socialista, Jesús Caldera, si está de acuerdo con que los asesinatos de los Gal fueron "incidentes" porque, si no es así, "ni usted se cree su discurso".

En este sentido, restó importancia a las declaraciones del abogado de Amedo esgrimidas por Caldera y aseguró que se trata de conversaciones "rabadas ilícitamente". En las únicas declaraciones "legítimas" de Manrique, aseveró Cascos, éste negó haber negociado "implicar a nadie a cambio de nada".

Ante las intervenciones de la oposición, que le preguntaron insistentemente si se reunió con el abogado del ex policía, preguntó en tono categórico "qué título me limita mi derecho de reunión" y si deben explicarlo todos "o sólo yo", porque "si me limita a mí, limitará a todos los demás y, desde ahora, publicaremos en el tablón de anuncios del Congrso de los Diputados con quien nos reunimos y para qué".

"VOLVERA RESUCITADO"

El vicepresidente reprochó a la diputada Cristina Almeida haberle exigido esta respuesta sin haberse interesado por la "cadena de reuniones" mantenidas por abogados de implicados en los Gal con antiguos responsables de Interior "para negociar beneficios con la finalidad de obstruir a la Justicia".

Desmintió de nuevo "que haya, haya habido, o pueda haber" ningún tipo de compromiso de indulto ni de "punto y final" y reitró que, tras el debate de hoy, está el "intento de descalificar el resultado electoral" de marzo de 1996 y el "deseo subliminal de obstruir los procesos judiciales". Si ese intento tiene éxito, advirtió, "volverá resucitado" el derrotado en las urnas, en referencia a Felipe González.

En respuesta a la portavoz de IU, Rosa Aguilar, negó toda "negligencia" por parte del PP cuando estaba en la oposición y pidió que sus palabras no se contrapongan a otras palabras sino "a los hechos", ya que todas las decaraciones pueden tener la "misma credibilidad" pero "para ser verosímiles se tienen que corresponder con los hechos".

Alvarez Cascos comenzó su segunda intervención, tras la respuesta de los distintos grupos parlamentarios, agradeciendo las palabras del portavoz popular, Luis de Grandes, por respaldar los principios defendidos al comenzar la sesión.