Así lo expresó a Servimedia, Alfonso Sanz, presidente de la Asociación de la Sierra Norte de Guadalajara, una de las organizaciones que comenzó a mover este tipo de alojamientos en la zona.

"Puede producirse un hecho paradógico en el corto plazo y es que los turistas se acerquen con más intensidad a la zona para ver los efectos que ha provocado el fuego", explicó Sanz.

Pese a ello, el presidente de esta organización dijo que tendrá unos efectos "muy negativos en el largo plazo", puesto que la naturaleza, el principal atractivo de la zona, ha quedado arrasada por las llamas.

En este sentido, auguró que, dentro de un año, el producto turístico de la zona se habrá agotado y podría llegar una época "difícil" para los empresarios de alojamientos rurales.

Por su parte, la presidenta de la Asociación Española de Turismo Rural (ASETUR), Montserrat Coberó, dijo a Servimedia que este "desastre ecológico" ha quitado el principal atractivo que tenía la zona. "Con este recurso eliminado, la viabilidad del turismo rural en la zona será un problema muy importante", auguró Coberó.