Según dicho estudio, las parejas que viven juntas gastan en salir en torno a 1.600 euros al año, mientras que los que no viven juntos dedican casi 6.000 euros a este fin, según informa "The Guardian".

En cuanto a la frecuencia de las salidas, los que comparten techo sólo lo hacen una vez a la semana, mientras que los que no cohabitan salen tres veces a la semana con amigos y familiares.

Según Deni Knowles, una psicóloga del gabinete Relate, la principal causa de este cambio en los hábitos de ocio de las parejas podría ser la mayor preocupación con respecto a sus necesidades financieras, como la hipoteca, y los gastos derivados de la educación y cuidado de los hijos.

Las labores domésticas también podrían influir en la falta de tiempo para salir.

El efecto de la reducción de las salidas varía de unas parejas a otras, y algunas lo consideran algo muy frustrante.Otros temen haberse convertido en personas aburridas y poco interesantes.

Para evitar llegar a esta situación, Knowles recomienda a las parejas que sean creativos a la hora de planificar su ocio, de forma que puedan salir a pesar de disponer de un presupuesto más reducido para ello.