"No es lo mismo que invitar a Osama bin Laden al número 10 (de Downing Street, la sede del Gobierno británico), pero invitar a Gerry Adams, cabeza del Sinn Fein, el brazo político del IRA, a una fiesta en la Casa Blanca pr el Día de San Patricio no ayuda ni a Tony Blair ni al proceso de paz de Irlanda del Norte", comenta ácidamente "The Economist".

El semanario añade que "la ayuda moral y financiera de América ha sido vital para el IRA durante años", pero las cosas parecían haber cambiado después del 11-S.

"Blair necesita mostrar a los dubitativos británicos", remacha el semanario, "que su apoyo a EEUU en Iraq reportará beneficios tangibles en casa. La presión norteamericana sobre el Sinn Fein para que el IRA entegue las armas ayudaría. Mientras tanto, invitar al señor Adams a la Casa Blanca no lo hace".