-¿Cómo ve el problema de la corrupción?

-En primer lugar, creo que la corrupciónnace no de los partidos políticos, sino del sistema dominante. Cualquier empresa que aspira a una concesión de obras, en el presupuesto de los costos de producción introduce, no sólo en España, sino en todas partes, el precio de las comisiones que va a tener que pagar. La figura del comisionista no es un invento de ahora, ni de este país. El origen de la corrupción está en el sistema.

-Y en medio, el problema de la financiación de los partidos...

-Lo que ha sucedido en España es que al producirsela transición, los partidos de izquierda se plantearon, frente a la realidad de que los partidos de derecha tienen una financiación asegurada a través de la banca y de la empresa tradicional, la cuestión de crear empresas propias que les permitieran competir con los partidos de la derecha a la hora de la financiación de la actividad política. Eso se hacía en Francia, en Italia, en Alemania, por todas partes.

-¿Quienes siguieron ese modelo?

-Eso lo intentó no solamente el Partido Socialista, sino ambién el Partido Comunista. Pero los pecados del PCE fueron veniales, es decir no conseguimos poner en pie empresas porque no teníamos entre nuestras filas y nuestros cuadros gente preparada para ese tipo de asuntos. Y el PSOE sí tuvo éxito.

-Algún enriquecimiento personal también parece haber existido.

-En ese tipo de empresas siempre existe el peligro de que haya quien trabaja para sí en vez de trabajar para su partido. Yo creo que en el PSOE ha habido eso.

-¿Qué habría hecho usted en est situación?

-Si yo hubiera sido el PSOE, cuando comenzó todo esto, pienso que hubiera reconocido que intenté lograr una financiación competitiva con la de la derecha. Y si alguien me hubiera dicho ¡pero eso es ilegal!, le hubiera dicho: Bueno pero eso lo ha hecho el señor Fraga, que incluso reconoció una vez públicamente haber recibido dinero de un cónsul alemán cuando el "caso Flick". Es evidente que al Partido Popular le venían también ayudas de ese tipo. Es evidente que la campaña que hicieron los iberales en el 86 (operación reformista), que costo seis mil millones de pesetas, salió de algún sitio que no eran los partidos, que era la financiación de empresas.

-¿Es decir, que el PSOE no ha sido valiente?

-Yo creo que si el PSOE hubiera abordado ese problema con valentía, quizá hubiera sido más fácil llegar a soluciones que limpiasen de corrupción la vida política.

Qué ha pasado después además. Lo que pasa en todo el mundo occidental, que hay políticos que después de tener un cargo pasn a la empresa privada y utilizan el prestigio y los conocimientos adquiridos en el cargo político para hacer negocio. En este sistema en el que vivimos es un fenómeno corrientísimo, y hay socialistas en este país que no han sentido empacho en hacer lo mismo que hacen los políticos que no son socialistas.

-Pues los más escandalizados parecen los no socialistas.

-La crítica a eso debería hacerse sobre todo desde el campo socialista. No entiendo por qué la derecha arma tanto ruido sobre algo que laderecha ha hecho toda la vida, que los políticos burgueses han hecho y siguen haciendo. Desde el punto de vista socialista, sí habría que perseguir y condenar eso, porque una de las características que han distinguido generalmente a la izquierda ha sido una actitud ética, honesta en la política. Por lo menos en este país eso es lo que sucedió en el pasado.

Creo que la falta de resolución para abordar el problema valiente y abiertamente es lo que ha complicado todavía más la cuestión e incluso puede haer más inextricable la salida. Solución que naturalmente debería exigir, y parece que el último comité federal del PSOE así lo ha resuelto, que fueran expulsados a patadas del partido quienes hacen ese tipo de cosas.

Claro, habría que empezar por Boyer. Uno no se explica como Boyer puede ser miembro de un partido socialista.

-¿Qué le parece el papel de la prensa en este asunto?

-El problema no se está planteando seriamente por la prensa, no porque yo piense que no deban denunciarse estas cuetiones -pero no sólo las del PSOE, las de otros partidos también-, sino porque se está cogiendo el rábano por las hojas y no se aborda a fondo el verdadero contenido de ese tremendo problema de la corrupción.

-¿En el PCE era todo claro y transparente o tambíén se financiaban de forma irregular?

-Mientras estuve yo, con las empresas que intentamos poner en pie perdimos dinero, no nos dieron ni un centavo. Los partidos comunistas en Europa montaron también un aparato financiero abriendo gran parte el comercio con los países del Este. Eso era conocido y aceptado. Nosotros no pudimos hacerlo -creo que si hubiéramos podido lo hubiéramos hecho-, porque nuestra posición critica frente a la URSS hacía que no tuvieran interés en ayudarnos, sino al contrario.

Lo que se consideraba condenable era que una persona en un partiodo de izquierdas utilizara eso para enriquecerse personalmente. Pero que los partidos se financiasen así era algo aceptado generalmente.

-¿No ayudaba nadie al PCE?

-Nosotro recibimos ayudas en el período en que éramos clandestinos de los italianos y, en algún momento, de los chinos, pero posteriormente no. Eso se notaba en las campañas electorales. Las que nosotros hacíamos no tenían común medida con las del PSOE y otros partidos.

-¿Cómo ve la próxima confrontación electoral?

- Creo que, por errores de unos y de otros, la batalla electoral se presenta aparentemente como una especie de contraste entre el PSOE y lo que podríamos llamar un bloque nacional, que va desd parte de la banca y la CEOE, a los sindicatos, que tienen una política de contestación hasta ahora muy dura con el Gobierno, y lo que podemos llamar la izquierda que está en Izquierda Unida.

A mí me parece que el fondo de la batalla no es ese. Me parece que, pese a todo, pese a sus contradicciones, a sus errores, la fuerza de izquierda con posibilidades de hacer una política en este país sigue siendo el Partido Socialista, y frente a él no hay una alternativa de izquierda. La alternativa frente al PSE hoy es la derecha. Puede suceder que personas descontentas, y legítimamente descontentas del PSOE, dando un voto de izquierdas lo que hagan sea facilitar la victoria de la derecha, del Partido Popular. Puede suceder eso.

-Porque además se está catapultando a Aznar. ¿No?

-Efectivamente. Un hombre que hace un año nadie tomaba en serio, está siendo convertido en un líder. Yo sigo sin tomarle en serio, a pesar de que aparentemente ya es un líder, y pienso que mucha gente enterada es difícil que lleue a tomar en serio a José María Aznar. Pero, en fin, ahí está y lo que parecía imposible hace un año, que Aznar sea jefe del Gobierno en una próxima legislatura, ya no se puede decir que sea imposible. Quizá no sea probable, pero posible sí es. Desde un punto de vista de izquierda, ese no sería un buen resultado.

-Usted va a participar de alguna forma en la campaña electoral?

-No, no voy a participar en la campaña. Aunque le digo que a mi juicio, para una persona de izquierda que ha sido y que e crítica con la política del Gobierno socialista, como yo, no veo otra posibilidad de voto que ese (PSOE) en las próximas elecciones.