En declaraciones a Servimedia, Carrillo defendió la concepción del estado plurinacional y recordó que en la redacción de la Constitución "ya conseguimos algunos meter, apretando mucho, el concepto de nacionalidades, porque pensábamos que esa distinción respondía a un problema real de este país, que no es simétrico, sino asimétrico. No es lo mismo Cataluña, Euskadi o Galicia que Castilla-La Mancha o Madrid".

Carrillo añadió, sin embargo, que no es partidario de "abrir el melón constitucional y colocar la Constitución en la mesa de operaciones y comenzar a cortar", ya que las posibles reformas deberían circunscribirse al Título VIII, relativo a la organización territorial.

Advirtió que, en caso de que las fuerzas políticas llegaran a la conclusión de que es necesaria la reforma de la Carta Magna, "lo importante es que no se pierda el consenso de los españoles en su modificación".

La reforma, en su opnión, "debería de partir de los objetivos que tiene la actual: que sea una Constitución válida para todos los españoles".

"Cuando se redactó la Constitución salíamos de una situación de dictadura, a través de un pacto no firmado entre los reformistas del régimen y la oposición democrática; sobre nosotros pesaba la presencia de un Ejército, que había sido el de Franco, y había menos libertad y menos democracia que la que hay hoy", declaró.