A su juicio, las elecciones europeas del 12 de junio provocaron "un vuelco difícilmente reversble, porque del lado del Gobierno se no ve ninguna iniciativa que pueda despertar de nuevo la confianza y la seguridad en una política progresista".

Para Carrillo, "sería necesario un cambio de política y, por consiguiente, un cambio de personas y no entiendo que el Partido Socialista en España no tenga la capacidad que han demostrado tener otros partidos socialistas para cambiar incluso de jefe de Gobierno y sustituirlo por otro, como ha sucedido diversas veces en países como Francia o Alemania".

Recalcó que "aquí todo gira en torno a un hombre y ese hombre, para amplios sectores de izquierda, ha perdido el carisma que pudo tener en otro momento".

El ex dirigente comunista aseguró que no comprende "cómo un presidente del Gobierno socialista, después de las elecciones, defina personalmente, por su cuenta, sin contar con su partido, la política que va a hacer. Esta situación no tiene nada que ver con lo que son las tradiciones democráticas del Partido Socialista".

Por otra parte, aseguró qe no cree que un eventual gobierno presidido por José María Aznar fuese el retorno al franquismo, "pero para que se disipen todas las dudas al respecto, me parece necesario que Aznar y el PP formulen claramente una crítica de las posiciones 'ultras' que han aparecido en la campaña electoral y en la poscampaña".

En relación a Izquierda Unida, dijo que, si él fuera Julio Anguita, "empezaría a propulsar ese cambio de gobierno en Madrid con un acuerdo con el Partido Socialista en Andalucía, que inevitableente desplazaría al Partido Socialista un poco más a la izquierda".