En otro establecimiento se comprobó que el pan utilizado superaba el límite máximo de acidez autorizado, según informaron fuentes municipales.

El Laboratorio Municipal estudió también 83 muestras de ensaladas y verificó que todas ellas cumplían la legislación desde el punto e vista microbiológico.

Igualmente, la grasa analizada en todas las muestras indicó que en 20 casos procedía de vacuno y en un sólo de mezcla de vacuno y porcino.

La Organización de Consumidores y Usuarios (OCU) dio a conocer el pasado mes de enero un informe sobre las hamburgueserías, en el que denunciaba la baja calidad de las carnes y de los aceites utilizados, al tiempo que advertía del riesgo para la salud que suponía consumir este tipo de productos.

Por su parte, el director de Servicis de Consumo de la Concejalía de Sanidad, Juan Ignacio Rojas, declaró a la agencia Servimedia que, en líneas generales, las carnes que se sirven en las hamburgueserías madrileñas son perfectamente aptas para el consumo.

Rojas explicó que en los casos en que han sido detectadas irregularidades, el propietario tendrá oportunidad de contrastar el análisis municipal con el que realice él, y si no llegan a un acuerdo será un tercer examen efectuado por alguien ajeno a ambas partes el que decida.

El reponsable municipal insistió en que, a veces, es difícil delimitar responsabilidades por ofrecer productos en mal estado, porque la culpa puede ser del propietario del local, al no mantener las debidas precauciones, o puede ser del carnicero, que se la vendió contaminada.

"Lo importante", añadió, "es que la gente sepa que en las hamburgueserías no se sirven carnes de primera categoría, aunque esto no implica que su consumo vaya a ser perjudicial. Igual ocurre con las frutas empleadas para las mermelada".