El muestreo se ha realizado simultáneamente en Italia, Bélgica, Francia y Portugal, con unos resultados que "ponen de manifiesto una situación realmente preocupante", señala la asociación en el último número de su revista "OCU-Compra Maestra".

Así, el principal problema de España es la preencia de residuos de antibióticos, en Bélgica lo preocupante son los residuos de tranquilizantes y en Portugal los problemas se centran en la higiene. En cambio, Francia e Italia tienen la mejor carne de cerdo del análisis, algo más cara, eso sí.

La OCU encontró que 1 de cada 10 muestras tenían restos de antibióticos y 1 de cada 4, de sulfamidas. Además, en 4 muestras halló dos microorganismos patógenos, la salmonela y la yersinia, que, sin plantear un peligro inmediato para el consumidor, eran inacepables.

Según datos de la Comisión Interministerial del Plan de Residuos, encargada de recoger la información procedente de los controles realizados en las comunidades autónomas y hacérsela llegar a la Comisión Europea, las muestras analizadas en el trienio 1994-96 han dado positivo (tenían residuos por encima de los niveles permitidos) en antibióticos, sulfamidas y tranquilizantes.

MEDIDAS EFICACES

"Si la Administración conoce el problema, ¿por qué no toma medidas eficaces? ¿Acaso porque no lo onsidera un problema?", se pregunta la OCU.

Los antibióticos deberían emplearse exclusivamente en curar enfermedades, previa prescripción y bajo control veterinario. Ahora bien, los fármacos se pueden conseguir fácilmente sin receta y, además, en cantidades muy importantes, con lo que de hecho también se utilizan por razones económicas, para prevenir infecciones o para aumentar el rendimiento del pienso.

El uso de antibióticos en estos últimos casos es "totalmente inadmisible", para la OCU, ya qu los residuos de antibióticos y sulfamidas en la carne implica para los consumidores el riesgo de que aparezcan cepas resistentes a estos antibacterianos, con lo que éstos pierden su eficacia. "Se trata, pues, de una auténtica bomba de efectos retardados", apunta.

En cuanto a los tranquilizantes, si bien las dosis halladas no plantean ningún riesgo para los consumidores, "la OCU parte del principio de que esos residuos no deben existir".

Los cerdos son animales propensos al estrés y el infarto, pr lo que, para facilitar su traslado al matadero y sacrificio, se utilizan determinados tranquilizantes. Uno de ellos, la acepromacina, no tiene establecido nivel de residuos máximo pese a que su toxicidad no se ha descartado todavía. Por ello, su uso no se puede sancionar, sea cual sea el nivel de residuos que se detecte. Es el tranquilizante que ha aparecido con mayor frecuencia en este estudio europeo.