Carmen Martínez-Bordiú está divorciada de su segundo marido, Jean Marie Rossi, y recientemente ha trasladado su residencia a Sevilla, donde vive junto a su nuevo amor, Roberto Federici, en una finca que posee en Cazalla de la Sierra.

Aunque su pasado y su historia siguen marcándola como ciudadana, mujer y madre, asegura planear su futuro junto a Roberto Federici y dice que le hubiera gustado tener un título universitario.

Respecto a si habría recriminado a su abuelo por aplicar l pena de muerte, indica que "discutir y opinar sí, por supuesto. Desgraciadamente, la muerte ocurre todos los días y cada día vemos cosas horribles. El hecho de que existan personas que matan anónimamente es más grave. Mi abuelo era un patriota y pensaba que hacía lo mejor para España. Es la historia quien le juzgará".

Sobre su matrimonio con Alfonso de Borbón, su primer marido, comenta que "me casé todo lo enamorada que se puede estar a los 20 años. El matrimonio es una cuestión de suerte. A mí nadieme obligó a casarme y los que pensaron que fue una maniobra para que yo pudiera llegar a ser reina conocían muy mal a mi abuelo".