Fuentes, que dirige estos días el curso "Polyanna de noche: cinco lecturas de la novela norteamericana" en la Universidad Internacional Menéndez Pelayo (UIMP), manifestó que los estadounidenses "van a descubrir que no pueden actuar solos" y que "han perdido la paz". "Todos sabemos que Iraq va al caos, a la muerte de soldados amerianos y a una reacción de la opinión pública" dijo, por lo que "tarde o temprano" tendran que hablar con sus aliados, incluyendo "las hoy satanizadas" Francia y Alemania, y sentarse a restablecer el orden mundial basado en la ley y el derecho internacional.

El literato manifestó que el principio de guerra preventiva es "funesto" y nos lleva "al apocalípsis", además de ser la misma política que aplicó Japon en el ataque a Pearl Harbour, "si esto se convierte en el principio de la política internacional stamos perdidos". Asimismo, recordó que "después de todo" los Estados Unidos son los creadores de casi todas las instituciones internacionales tras la Segunda Guerra Mundial.

En este sentido, el autor de "La muerte de Artemio Cruz" o de "En esto creo" lamentó que llegando a un punto de internacionalización de la justicia, con el ejemplo de los procesos abiertos a los militares argentinos, el Gobierno de George Bush se niegue a firmar el tratado para la Corte Penal Internacional "por temor a que ellos ean juzgados", y señaló que en este organismo se habría podido juzgar a figuras como "el invisible Sadam Hussein" para juzgarle por crímenes contra la humanidad y "no montar la farsa de las armas de destrucción masiva y todo lo que hemos visto".

Por otra parte, Fuentes alabó el "vigor crítico" de la intelectualidad norteamericana ante un Gobierno "que desvió la atención de la lucha contra el terrorismo para convertirla en una petroguerra" y destacó el reciente apagón sufrido en Nueva York como un ejemlo de los problemas de "dejar en manos privadas servicios públicos" como el suministro de electricidad.

Con respecto al curso que está impartiendo en Santander, Fuentes explicó que busca el lado oscuro de un país como Estados Unidos, "fundado en el optimismo y la idea del monopolio del bien", a través de algunos de sus novelistas, "una ruta de la inocencia al conocimiento". El escritor alabó el nivel de la literatura norteamericana y habló de una "influencia mutua" entre ésta y la literatura latinoameicana.