Esta acción, en coordinación con Cáritas de Francia, se centra en el envío de 5 aviones de Air France que transportan cada uno de ellos 24 toneladas de alimentos de primera necesidad, especialmente harinas de recuperación nutritiva y galletas.

"Estos cinco envíos", explicó Pablo Martín, secretario general de Cártas, "serán semanales, saliendo el primero de ellos mañana mismo desde París".

Asimismo, Cáritas Española ha abierto cuentas corrientes en todos los bancos y cajas de ahorro del país para recoger las aportaciones de aquellos ciudadanos que deseen solidarizarse con los fines de la operación humanitaria. A través de esta iniciativa se han recaudado hasta la fecha más de 50 millones de pesetas.

"Estas ayudas", matizó Martín, "serán canalizadas directamente desde Cáritas Española a Cáritas Ruanda, co el apoyo operativo de la red de Cáritas Internacional".

Las ayudas recibidas, según la organización humanitaria, se destinarán, de forma prioritaria, a socorrer a los heridos y a los desplazados, y a apoyar la labor humanitaria que diversos institutos religiosos están desarrollando entre las víctimas.

Además, Cáritas cuenta ya con un grupo de 17 voluntarios, integrado por médicos, enfermeras, logistas y misioneros, que serán enviados próximamente a los campos de refugiados de Burundi, lugar dond se atiende a más de 400.000 refugiados, para realizar las labores de asistencia en la propia zona del conflicto.

En la rueda de prensa participaron dos enviados especiales de Cáritas a Ruanda, Jesús Jáuregui y Carlos Olivera, que acaban de regresar de Ruanda, donde mantuvieron contacto con representantes de las organizaciones no gubernamenteles locales que operan en la zona desde el inicio de la emergencia.

Los dos misioneros realizaron visitas a los campos de refugiados situados en la frontera e Burundi y Tanzania y consiguieron penetrar en el interior del territorio ruandés, para conocer 'in situ' las verdaderas necesidades de la población afectada por este conflicto.

"La situación que se vive actualmente en la zona", explicó Carlos Olivera, "es muy grave, ya que el enfrentamiento entre las etnias hutu y tutsi, además de haber causado más de 500.000 muertos, ha originado que los miles de refugiados y desplazados se hacinen en campos de refugiados que no reunen las mínimas condiciones de seuridad. Estas personas están enfermas y tienen hambre, y de momento no hay ninguna esperanza para ellos".