Jubany, que presentó hoy en Madrid, junto con otros miembros del citado comité el documento "La Eutanasia, 100 cuestiones y respuestas sobre la defensa de la Vida Humana y la actitud de los católicos", señaló, sin embargo, que la Iglesia sí acepta que los enfermos o médicos rechacen tratamientos médicos que no van a mejorar su curación.

Un debate dirigido a aclarar el término eutanasia, que el documento ha definido como "una forma de homicidio, pues implica que un hmbre da muerte a otro", presidió la rueda de prensa, ya que su significado queda enturbiado cuando se aplica a casos concretos.

La Iglesia habla de "encarnizamiento médico", término que muchos traducirían como "eutanasia pasiva", para defender el derecho del paciente a no prolongar su vida con tratamientos artificiales, cuando sabe que su enfermedad es irreversible.

Esta actitud, en la que el paciente "espera la muerte con tranquilidad", no tiene nada que ver con la eutanasia pasiva, el homicidioo el suicidio, términos en los que, a juicio de la Iglesia, siempre se incluye la intención de acortar la vida.

Respecto a la opinión que les merece la decisión de una familia y un tribunal de Inglaterra para "desenchufar" a un enfermo que permanecía en estado vegetativo durante cuatro años, Jubany contestó que "no hay una frontera definida en la que se sepa cuando empieza la fase terminal" de un enfermo.

"Es poco realista", añadió, "pretender que este documento establezca una casuística, que nad tiene que ver con la norma moral".

Por su parte, Jesús Poveda, médico y miembro del comité, explicó que los enfermos terminales que demandan la eutanasia, de hecho están pidiendo atención de otra manera, porque suelen pasar por diversas fases hasta que aceptan su situación.

Por ello, explicó, que la solución no es legalizar la eutanasia, que provocaría un elevado número de fallecimientos porque no están en posición de ser libres para elegir, sino internarlos en pequeños hospitales que les atendiran adecuadamente.

En cualquier caso, añadió el periodista Ramón Pi, miembro del citado comité,"en los casos concretos, la mayor parte de las veces la decisión compete a los médicos, por lo que es muy importante su formación moral".

PARELELISMO CULTURAL

Por otro lado, el comité para la Defensa de la Vida opina que existe un paralelismo cultural entre la época que precedió el ascenso de Hitler al poder en Alemania, entre 1920 y 1930, cuando se fraguaron ciertas doctrinas que fueron el germen dl totalitarismo posterior, y la actualidad, en la que se defienden valores como que "la vida de los no nacidos tienen un valor menor" o ciertos sectores empiezan a defender la eutanasia.

La Iglesia opina que defender hoy la eutanasia es crear el germen del totalitarismo en el sentido de que se decide que determinadas personas tienen más derechos que los demás.

Los miembros del comité se refirieron también a la oportunidad, no buscada, de la edición del libro, justo en un momento que el Gobierno spañol acaba de aprobar el proyecto del Código Penal que suaviza las penas a los que practiquen la eutanasia.