Piqué explicó que se está ultimando una prima de incentivo para el uso de cabón en centrales térmicas, cuya cuantía oscilará entre dos tercios de peseta y una peseta por kilowatio. También dijo que la medida será compatible con la reforma del sector eléctrico y la bajada de la tarifa de la luz, así como con la búsqueda, por parte de las empresas, de las fuentes de energía más eficaces.

Asimismo, explicó que proseguirán las ayudas a la producción, aunque con el compromiso de ir reduciendo tanto la cuantía de las aportaciones económicas del Estado como el nivel de las extraccioes.

El responsable de Industria expuso que si se toman como base los 222.500 millones de pesetas que se destinarán a ayudas al sector en 1997, las previsiones son que éste montante se vaya reduciendo en los próximos ocho años al ritmo del 12,5% anual, lo que obligará a renegociar con la Unión Europea el régimen de ayudas para prolongarlo desde el año 2002 hasta el 2005.

También dijo que seguirán las ayudas para el cierre de empresas no rentables y la reducción no traumática de plantillas, y expus un programa para fomentar el desarrollo alternativo de las cuencas mineras y reducir "el monocultivo industrial".

Este plan destinará parte de los ingresos por privatizaciones a las infraestructuras de comunicación y planeamientos urbanísticos en las comarcas, además de hacer especiales esfuerzos para promocionar la formación de capital humano y apoyar la financiación de inversiones industriales alternativos por parte de corporaciones locales y sociedades privadas.

Añadió que se crearán fundacioes en las que se aunen recursos económicos públicos con otros procedentes de empresas, entidades financieras y comunidades autónomas.

Piqué hizo una larga exposición sobre el régimen de ayudas que tiene la minería desde hace 15 años, que ha sumado en total 2,75 billones de pesetas.

El titular de Industria reprochó a los grupos parlamentarios de la oposición las afirmaciones "irresponsables" de que el protocolo eléctrico supone el fin de la producción de carbón nacional, y mantuvo un agrio enfrentmiento con el portavoz socialista al acusar al senador Angel Antonio Franco de actuar como Goebbels por manipular el texto del borrador sobre el protocolo eléctrico y no referirse a las prestaciones previstas para el carbón nacional, lo que levantó las protestas en los escaños socialistas.