Desde entonces, las subvenciones de la Administración para la sustitución de este tipo de calderas por otras menos contaminantes (gas natural y gasóleo, principalmente) han reducido en 2.500 estas instalaciones, hasta dejarlas en 5.200. Sólo el Ayuntamiento de Madrid ha aportado para tal fin 2.345 millones de pesetas en los últimos 6 años.

Con estas medidas, el parque actual de calderas de carbón produce 3.500 toneladas anuales de dióxido de azufre menos que en 1990 y 800 toneladas menos de prticulas en suspensión.