Según confirmaron fuentes de la Delegación Provincial de Asuntos Sociales de la Junta de Andalucía de Cádiz, esa práctica se ha detectado principalmente en las localidades de Ceuta y Algeciras, donde niños que proceden generalmente de ambientes marginales son usados como "correos" de los narcotraficantes, en algunos casos con el consentimiento de sus padres.

Desde hace algún tiempo, la investigación policial contra el narcotráfico se centra en detectar a estos menores, cuya manipulación para estos fines fue primero descubierta por la Federación de Coordinadoras Antidroga del Campo de Gibraltar.

Los menore empleados por los "capos" son obligados al traslado de los estupefacientes desde localidades marroquíes hasta suelo español bajo amenazas o, en otros casos, con la promesa de ser "recompensados" con dinero o regalos.

La localidad gaditana de Algeciras y su entorno es uno de los puntos de Andalucía en que, desde hace varios años, se registra uno de los más elevados niveles de narcotráfico de toda España.

En Cádiz fueron detenidos muchos de los presuntos implicados en la "Operación Python", que diigió en sus comienzos el entonces juez de la Audiencia Nacional Baltasar Garzón.

Esta operación también se extendió a otras zonas de Andalucía, así como a países como Italia, Portugal, Suiza, Holanda y Marruecos.