En rueda de prensa celebrada en la sede del Ministerio de Exteriores, Barceló explicó que su obra, que juega con los colores y la recreación de paisajes de estalactitas, es una metáfora del mundo de hoy, que "no tiene dos puntos de vista iguales", sino una variedad infinita propia de las corrientes del mar.

El artista explicó que en su trabajo ha empleado 36.000 kilos de pintura de varios colores, de los cuales 15.000 fueron retirados tras caer al suelo, dentro de una tarea para la que ha necesita la colaboración de veinte ayudantes.

Primero pintó todo de blanco, luego construyó las estalactitas y las diferentes formas que hay en el techo y, finalmente, aplicó los colores, de manera que se genera "una fuerza muy especial que se nota en cada centímetro", apuntó el pintor.

Barceló dijo que "en ningún momento" sintió presión alguna por parte de la ONU para terminar esta obra que inició en septiembre del año pasado.

En cuanto al coste de la obra, el ministro señaló que es "de necios confundir el precio y el valor" y que no iba a facilitar ese dato porque "el arte no tiene precio". Sí precisó que el desembolso ha sido en un 40% de dinero público y en un 60% privado.

Moratinos destacó que el pago de esta obra es parte de la contribución de España a la reforma en marcha del Palacio de Ginebra, en la que "todos los países" contribuyen de alguna manera para mantener a la institución.

El ministro señaló que ésta es una "nueva manera de hacer diplomacia y política exterior", al situar la obra de un español en la sede europea de Naciones Unidas.

La inauguración oficial de la capilla tendrá lugar, previsiblemente, el próximo 18 de noviembre en presencia de los Reyes, de José Luis Rodríguez Zapatero y de Ban Ki Moon, secretario general de Naciones Unidas.