Manuel Gil, investigador español que participa en la campaña Easo, aseuró hoy a Servimedia que "la atmósfera está predispuesta para que durante las próximas semanas se produzcan destrucciones todavía mayores".

Expertos y organizaciones conservacionistas han denunciado reiteradamente la desaparición en los polos de la capa de ozono, que defiende a la población de las radiaciones ultravioletas.

No obstante, Manuel Gil matizó que la situación del Artico no ha alcanzado, de momento, los niveles que registra la Antártida, "donde hay zonas en las que se destruye toda la apa de ozono. Aquí las capas más altas todavía presentan niveles normales, pero por debajo de los 20 kilómetros es donde observamos las anomalías".

CAUSAS

Los investigadores europeos mantienen que la destrucción del ozono es debida a la alta concentración de aerosoles estratosféricos (diez veces mayor que el año pasado), como consecuencia, principalmente, de la erupción del Monte Pinatubo, en Filipinas.

Además, ha disminuido la presencia de óxidos de nitrógeno en la atmósfera, que normalmente ihiben la destrucción del ozono por el cloro.

Los estudios han revelado que "los componentes clorados en la baja estrastofera ártica indican que gran parte del cloro liberado de los CFCs se encuentra en forma capaz de destruir ozono".

Según Manuel Gil, "el proceso es muy parecido al registrado en la Antártida en años anteriores. Las disminuciones en latitudes medias son del 4 ó 5 por ciento, pero pueden ser mayores en las zonas cercanas al polo".

ACCION DEL HOMBRE

"El que haya concentracions de cloro muy altas", agregó, "hace sospechar que hay una componente antrópica en la destrucción del ozono, aunque todavía es pronto para decir en qué medida influye la acción del hombre".

Por su parte, la organización internacional Greenpeace mantiene que estas noticias confirman que la desaparición de la capa de ozono está afectando a todo el globo.

Asimismo, ha denunciado que en España "las empresas Atochem y Kalt Chemie siguen produciendo anualmente miles de toneladas de CFCs, sustancias muydestructoras".

La organización ecologista ha recordado que algunos países del hemisferio sur, como Chile, Argentina, Australia y Nueva Zelanda, ya están sufriendo las consecuencias de este problema que, según afirma, puede alcanzar a países del norte de Europa, Canadá y Estados Unidos.

Bedrich Magas, investigador de la Universidad de Magallanes, en Punta Arenas (Chile), ha informado del descubrimiento de cegueras y extrañas deformaciones oculares en conejos, ovejas y salmones, así como secrecione de pigmentos hasta ahora desconocidos en algunas algas.

José García, portavoz de Greenpeace, señaló que no están dispuestos "a permanecer impasibles ante la destrucción de la capa de ozono, como hace el Gobierno permitiendo que unas pocas multinacionales se enriquezcan fabricando CFCs".

Además, indicó que mientras en 1986 el nivel de cloro en la estratosfera alcanzaba las 2 partes por billón, la ONU estima que las concentraciones de esta sustancia subirán hasta 4,1 partes por billón.

Por elo, Greenpeace ha anunciado que pedirá una revisión del Protocolo de Montreal para que prohíba este año las sustancias que destruyen la capa de ozono.