En una entrevista concedida a Servimedia, el consejero de Sanidad, Consumo y Servicios Sociales de Cantabria, Jaime del Barrio, defendió este proyecto pionero en España, "que rompe esquemas a muchos niveles" y que utilizará el nuevo concepto de la dependencia para catalogar, clasificar y asignar recursos sociales o económicos a cada nivel. "En un momento determinado, una persona por ser discapacitada va a tener acceso a una prestación dependiendo de si los recursos económicos con los que cuenta son suficientes o si tiene una capacidad física o mental que le permita llevar una vida totalmente autónoma", explicó.

A su juicio, muchas administraciones todavía no se han atrevido a abordar el tema de la dependencia. "Nosotros proponemos una forma de hacerlo, que probablemente no sea la mejor, pero es la que hemos elegido", dijo.

"Lleamos muchos años oyendo decir al Gobierno central que está preparando una normativa de la dependencia y todavía no la ha presentado, con lo cual no podemos compararla. Habíamos hecho un proyecto mucho más ambicioso, pero al final lo hemos hecho ajustado más a la realidad", agregó.

COPAGO, PALABRA MALDITA

Recordó que tradicionalmente la financiación de los servicios sociales en España ha contado con la participación del ciudadano, "no como en la asistencia sanitaria, que ha sido siempre gratuita".

El consejero se mostró reacio a hablar de copago, una palabra maldita, a su juicio, porque se ha utilizado demagógicamente y además es un término que no recoge correctamente la realidad de la corresponsabilidad.

La mayor parte de las normativas sobre servicios sociales que han salido de esta consejería establece que el usuario de estos servicios "sufragará en la medida de sus posibilidades, tanto él como la familia, el coste del recurso".

"Con ello, pretendemos que los servicios lleguen a las prsonas que más los necesitan, dado que los recursos públicos son limitados, y creo que el movimiento asociativo lo ha comprendido", concluyó.