El presidente de la comunidad, Juan Cruz Alli, que desde el primer momento ha apostado para este puesto por el hasta ahora eurodiputado Javier Pomés, llegó a sugerir que dimitirá si sus tesis no prevalecían.

Muchos asamleistas no salían de su asombro, incluso la mayoría de los hombres del partido se mostraron desconcertados cuando Luis Campoy presentó su carta de renuncia al presidente de UPN, Jesús Aizpún, actitud que Campoy explicó "por el bien del partido y del Gobierno".

Esta postura tiene su lógica en un partido como UPN, donde el proceso de elección del candidato a eurodiputado ha sufrido todo tipo de avatares.

El pasado mes de febrero, Javier Pomés, anterior consejero de Economía y Hacienda del Gobierno oral antes de sustituir en Estrasburgo a Marcelino Oreja, iba a ser denominado candidato a Europa por la Ejecutiva de UPN. Su designación se daba por segura cuando Luis Campoy presentó su candidatura.

Campoy ganó por pocos votos ante este órgano del partido regionalista, pero, poco después, perdió en el Consejo Regional. El presidente del Ejecutivo, Juan Cruz Alli, intervino a favor de Pomés y señaló que Campoy, "era un hombre muy importante para el partido y que debía continuar en la Ribera de Navarr".

El proceso se reinició y, esta vez, la Ejecutiva se inclinó por Javier Pomés, que entonces fue rechazado por el Consejo Regional. En una nueva tentativa, la Ejecutiva volvió a reunirse y designó a Campoy, el hombre del vicepresidente del Gobierno navarro, Miguel Sanz.

Por una vez, el Consejo Regional estuvo de acuerdo y hasta hoy parecía que Luis Campoy, concejal en Tudela, sería la persona que iba a ocupar el puesto número 10 de las listas del PP a las próximas elecciones europeas.

En unambiente caldeado, Alli aseguró que la asamblea era el órgano supremo de UPN, capacitado para tomar una elección sobre todo tipo de extremos. "Asumiré el resultado de esta votación con todas sus consecuencias, tanto dentro como fuera del partido", indicó.

La propuesta del presidente navarro fue clara: La Asamblea debía aceptar la renuncia de Luis Campoy y elegir directamente a Javier Pomés.

Mientras en los pasillos del recinto las posiciones se dividían entre quienes, enfadados, se quejaban de qu "otra vez nos pone entra la espada y la pared" y quienes pensaban que el presidente Alli nunca debía dimitir, la mesa de la asamblea habría un turno de réplicas que, según acordó, debía realizarse a puerta cerrada sin la presencia de periodistas.

A última hora del mediodía, la asamblea, después de escuchar durísimas palabras de varios afiliados y altos cargos de UPN, acordó una doble votación para la tarde de hoy: en primer lugar aceptar o no la propuesta de Alli sobre el poder de decisión de la asamlea y, en caso afirmativo, decidir si Pomés es la persona que, finalmente, UPN designa como candidato europeo.