García hizo estas declaraciones en relación al caso del sargento Juan Carlos Miravete, que el sábado mató de un tiro en el pecho al cabo Samuel Ferrer, de 19 años, en el destacamento que a Escuela Militar de Alta Montaña y Operaciones Especiales tiene en Candanchú (Huesca).

A juicio de Carlos García, el problema clave no es tanto el consumo generalizado de alcohol en los cuarteles, sino la imposibilidad de los soldados para denunciar los insultos, agresiones y vejaciones a que son sometidos por parte de sus mandos, ya que los mecanismos disciplinarios que se abren a raíz de una denuncia por tales motivos ante los tribunales suelen respaldar antes a los denunciados que a las víctimas, ebido al concepto "arcaico" que tienen de la disciplina.

El secretario general de la ODS agregó que los soldados no suelen denunciar casos de abuso de autoridad por miedo a las represalias que se puedan tomar contra ellos. "Cualquier denuncia contra un militar se entiende como una falta de disciplina y de compañerismo, lo que provoca represalias muchas veces tremendas", dijo.

Según Carlos García, es necesario revisar los mecanismos de instrucción, especialmente en los cuerpos especiales, para queno sean incompatibles con el respeto a los derechos de las personas que han de prestar sus servicios como soldados.