A juicio de Piris, "el desconocimiento de que el arma está hecha para matar en la guerra y que ese es su objetivo principal es lo que produce sujetos como ésos, y beber alcohol es una cosa secundaria".

Para el militar retirado, el sargento Juan Carlos Miravete "estaba jugando en ese momento de una forma machista e inmadura con el soldado que luego mtó".

El general aclaró como premisa principal que "las armas están hechas para matar y el militar para manejar armas y matar con ellas, que al fin y al cabo es lo que se hace en las guerras".

"El problema surge", a su juicio, "cuando las armas se utilizan como un juego. Y ha sido evidente que en Candanchu se han empleado como un juguete.

Piris subrayó que "eso no se puede tolerar dentro de la vida profesional militar. ¿Cómo se llega a emplear el arma como un juguete?, pues el alcohol es un mdio, pero hay otros más: la inmadurez y la falta de formación", indicó.

En su opinión, "el alcohol no es lo único que produce estos casos. Con menos alcohol una persona inmadura que tiene en sus manos un arma le hace sentirse más hombre y ahí vienen los peligros".

El general en la reserva reiteró que "es importante insistir en la formación profesional del militar en el sentido de que hay que poner los controles que eviten que las armas se puedan convertir en juguetes".

Piris concluyó señalano que la psicología "tiene mucho que decir en general con todos aquéllos que utilizan armas de fuego en el cometido normal de su profesión. Es necesario unos controles psicológicos para impedir que los militares hagan con la pistola lo que no deben de hacer".