Según el testimonio de estos ex soldados que cumplieron en los últimos años su servicio militar en el llamado 'refugio de Candanchú' la ingesta de alcohol en la cantina durant los fines de semana "es bastante habitual", entre otras razones, según explicó uno de ellos, "porque las condiciones atmosféricas allí son muy duras y los ejercicios que realizábamos entre semana también, por lo que beber era una salida a todo eso".

La mayoría de los ex reclutas que expresaron su experiencia personal no se manifestaron sorprendidos por lo que ocurrió el sábado. Uno de ellos, que prefirió mantenerse en el anonimato, relató que durante su servicio militar "se suicidó un compañero pegánose un tiro mientras hacía guardia en la garita y otro se cortó las venas al mes siguiente".

Al parecer, ambos soldados "estaban siendo sometidos a muchas presiones en su contacto con los mandos y con los compañeros más veteranos, a lo que daban pábulo los primeros".

Otro ex recluta consultado relató que los incidentes entre soldados los fines de semana "eran más o menos habituales". Explicó que una de las razones era que la mayor parte de la compañía se ve en la obligación de quedarse en el cuarel ya que los permisos de salida de unas horas no compensan puesto que Jaca, el principal núcleo urbano de la zona, se encuentra a unos 20 kilómetros de Candanchú.

Asimismo, algunos bares de la estación de esquí de Candanchú prohibían o no ven con buenos ojos la admisión de soldados uniformados en sus establecimientos ya que "decían que eso creaba mal ambiente entre sus clientes, la mayoría de los cuales eran turistas que practican el esquí".

Por tanto, señaló, "no es difícil que si una buena pare de la tropa deba quedarse en la cantina, y los fines de semana el horario para dormir se prolonga hasta la una de la madrugada, con el alcohol que puede llegar a consumirse se produzcan constantes roces o, cuando menos, un ambiente poco propicio a la tranquilidad".

Por último, otro ex soldado que prestó su servicio como 'cartero', que se encargó por ello de traer las películas de vídeo que se alquilaban en Jaca, subrayó que "la selección de los films era dirigida por los mandos que estaban de guardi, que siempre elegían de acción, violencia, bélicas o que ensalzaban el espíritu militar. Recuerdo que una vez llevé por cuenta propia '2001. Una Odisea del Espacio', de Kubric, y el sargento de guardia casi me arresta por tacharme de 'intelectual'".