El estado de salud de la pequeña empeoró notablemente en noviembre de 2022 y los progenitores llegaron a un punto de no retorno, puesto que no eran compatibles y tampoco encontraban parientes ni allegados que lo fueran para ayudar a salvar la vida de la pequeña.

En ese momento de desesperación, decidieron escuchar los consejos de la enfermera de su hija, Ángela Feria, ‘su ángel de la guarda’, como ellos la bautizaron a partir de ese día. Ella los animó a crear una cuenta en redes sociales @siguenadandodory para acelerar el proceso de búsqueda de un donante.

Hace prácticamente un año los progenitores de la pequeña, Esmeralda y Ezequiel, publicaron su primer mensaje: “Necesitamos vuestra ayuda para que nuestra pequeña Dory (ya que tiene memoria de pez) siga derrochando fuerza, amor y ganas. Así que, si tienes entre 18 y 40 años, no dudes en acudir a tu centro sanitario más próximo y hazte donante. Un pequeño gesto como éste, podría salvar muchas vidas”.

UN AÑO DESPUÉS

La enfermera Ángela Feria y su Dory (Paula) han compartido en las redes a lo largo de este año cada sesión de quimioterapia, cada mala noche y cada día de fiesta. Han generado un movimiento "con el que todo el mundo se ha volcado”, asegura la madre de la pequeña.

El pasado 28 de junio publicaron la noticia ‘más esperada’. Finalmente, dieron con un donante de médula compatible con Paula. Para entonces la iniciativa ya había movido los cimientos de muchas conciencias. “La campaña en redes sociales ha sido todo un éxito y se ha disparado el número de donantes exponencialmente”, explica Ezequiel, el padre de la niña en una entrevista a Servimedia.

“Hemos recibido la gratitud de toda España”, asevera este hombre que reconoce todo el mérito a la Fundación Josep Carreras, que gestiona los trasplantes de medula ósea, pero “no puedo obviar la notoriedad de la iniciativa" y puede que el donante de médula de Paula "haya salido de esta campaña”.

Paula pasea junto a sus padres y amigos tras el trasplante | Foto cedida por la familia

La niña se sometió al trasplante el pasado verano en el Hospital Virgen del Rocío de Sevilla, donde tuvo que permanecer 39 días en una habitación de aislamiento, una especie de pecera junto a su madre Esmeralda hasta que le dieron el alta médica a ‘Dory’.

Su padre asegura que, desde que ha regresado a casa, la pequeña “lleva una vida seminormal”, puesto que abandonó el hospital hace tan sólo cuatro meses y aún es “una persona vulnerable” en lo que al sistema inmune se refiere. “Vamos todas las semanas a revisión y a hacer analíticas y pruebas rutinarias”.

“HAY QUE SEGUIR DONANDO”

Ezequiel reconoce que ve “ilusionada a su hija” porque volver a su habitación con sus peluches después de casi 40 días de confinamiento en el hospital “se saborea el doble”.

Conscientes de que han logrado su objetivo, curar a Paula, estos padres pretenden seguir con su labor de concienciación en las redes. “Nuestra familia trata ahora de mantener viva esa llama. Nuestro mensaje es que “hay que seguir donando”, que la gente “no baje la guardia” porque creemos que es “una cosa muy sencilla y a la vez sumamente importante”, vital porque depende la vida de una persona.

"Para nosotros este año que acabamos de dejar ha supuesto un punto de inflexión, ya que nos ha dado lo que más ansiábamos, que es que le ayudaran a Paula a seguir con vida”. Por ello, Ezequiel y Esmeralda hacen repaso e insisten en que 2023 siempre será "uno de los mejores de nuestras vidas". El año en el que le hicieron el trasplante de médula que ha curado a Paula, una niña de 12 años que ahora celebra su cumpleaños y su cumplevidas.