Junto a FUNCOE, las ONGs impulsoras de la campaña son la británica EPOCH Worlwide (End Physical Punishment of Children), la irlandesa Irish Society for the Prevention of Cruelty to Children (ISPCC) y la suea Rädda Barnen-Save The Children.

Estas organizaciones advirtieron en un comunicado que el castigo físico, aparte de ser una violación de los derechos fundamentales de la víctima, disminuye la autoestima del niño, es una práctica poco efectiva e incita a actitudes violentas.

Desde el punto de vista del daño físico, los golpes pueden provocar hemorragias internas, cicatrices musculares y, sobre todo, afectar a los nervios localizados en el sacro, en la parte inferior de la columna vertebral.

egún un informe de FUNCOE, golpear en las manos a los niños es también extremadamente peligroso, ya que la estructura de ligamentos, tendones, nervios y vasos sanguíneos se localiza directamente bajo la piel.

"ALGUNAS VECES"

En España, la campaña tendrá como principal objetivo conseguir que el Código Civil prohíba de forma contundente y explícita el castigo físico a los niños. El texto vigente continúa contemplando que los padres pueden "corregir razonable y moderadamente a los hijos", sin poner límtes a esa "corrección".

Según recientes estadísticas, cada año se registran en España 40.000 denuncias y 90 fallecimientos de niños por malos tratos, aunque se estima que la incidencia real del maltrato puede ser diez veces superior.

Una reciente investigación del Ministerio de Trabajo y Asuntos Sociales señala que un 2 por ciento de las personas que conviven con sus hijos menores de 18 años cree que muchas veces es absolutamente imprescindible pegar a un niño un azote o bofetada. Un 47 por cient de los consultados asegura que es imprescindible "algunas veces". Las mujeres muestran una mayor aceptación de esta práctica.

Los jóvenes españoles entre 18 y 29 años rechazan más estos castigos que los adultos (de 30 a 60 años), que tienden a considerarlos como una forma necesaria de disciplina. El nivel educativo de los encuestados también resulta significativo. Los grupos sin estudios primarios están más de acuerdo con el castigo físico: un 50,9 por ciento se mostró conforme.

Este castigo físco se ejerce actualmente en España más en casa, por los padres, que en los colegios. En este país no se puede pegar en los colegios desde 1985, cuando legalmente se reconoció el derecho de los alumnos a que "se respete su integridad y dignidad personales". Los profesores pueden ser sancionados administrativamente por ello.

La Convención sobre los Derechos del Niño de Naciones Unidas prohíbe "el uso de cualquier forma de violencia, abuso, descuido y tratamiento o castigo degradante o inhumano".