Sólo en aquellos sectores e industrias que cuentan con estaciones propias para la carga de trenes han recurrido algo más de lo habitual al tren, como es el caso de las compañías de coches, las empresas lácteas o las de productos siderúrgicos.

Sin embargo, precisaron prtavoces de Renfe, la demanda no puede registrar un aumento espectacular ya que el ferrocarril requiere también del camión para completar el servicio puerta a puerta de entrega de mercancías.

Ello ha motivado, explicaron, que algunas empresas con centros de almacenamiento junto a terminales ferroviarias o que algunos núcleos logísticos de la propia Renfe, como la 'Carpa' de Chamartín o Sagreda, en Barcelona, hayan aumentado el volumen de almacenamiento de productos en la última semana, a la espera de ue encuentren acomodo en camiones para llegar a su destino.

Este último elemento hace temer a la compañía que, de persistir el conflicto de los camioneros o acrecentarse, sí se produzca un colapso en las instalaciones de Renfe o incluso la posibilidad de suspender servicios ante las dificultades que pudieron producirse para asegurar a los clientes la llegada de los productos a su destino.