Según informaron a Servimedia fuentes de la investigación, el camión salió del Regimiento de Ingenieros número 8 de Melilla el mismo día y unas horas antes del embrque previsto y tuvo que recorrer unos dos kilómetros de trayecto por zona urbana entre el cuartel y el puerto.

Las mismas fuentes indicaron como poco probable que los fardos de droga fueran introducidos en el camión cargado de víveres durante ese trayecto y resaltaron que el tiempo que los vehículos del Ejército permanecen aparcados en el puerto siempre están bajo custodia militar.

El camión, que, como es habitual, recorrió el trayecto entre el cuartel y el puerto formando parte de un convoy, deería haber pasado un control con perros adiestrados de la Policía Militar antes de salir del cuartel.

Sin embargo, la droga fue detectada por los canes de la Guardia Civil cuando el camión se disponía a embarcar en un buque de la Armada junto a otros camiones de aprovisionamiento y carros de combate que iban a participar en las maniobras.

En cambio, fuentes militares aseguran que al camión sí se le practicó el control habitual con perros a la salida del cuartel, de ahí que sigan pensando que el hchís fue introducido en el trayecto del cuartel al puerto.

Mientras tanto, el Juzgado de Instrucción número 4 de Melilla continuaba esta mañana tomando declaración a los implicados, aunque sigue sin producirse ninguna detención.

Paralelamente a estas pesquisas, la Comandancia General de Melilla ha abierto una investigación interna para esclarecer lo sucedido y además está colaborando plenamente con el juzgado y la Benemérita.

Los interrogatorios se están centrando en el conductor del camión e aprovisionamiento, el responsable directo del mismo -probablemente un suboficial-, el personal de custodia de los camiones y otros militares del cuartel de Ingenieros.