Este fenómeno, provocado por el funcionamiento de las centrales térmicas, sería, según los ecologistas, el principal responsable de la cancelación del Mundial de Esquí de Sierra Nevada por falta de nieve y de las altas tmperaturas registradas en la península en pleno invierno.

Otra muestra de los efectos del cambio climático es la sequía que asola la mitad sur de España, por la que dos millones de andaluces sufren restricciones de agua.

Este verano los termómetros batieron las marcas del siglo en algunas zonas de España, convirtiendo a 1994 en el cuarto año más caluroso a nivel mundial desde que se miden las temperaturas hace 150 años.

También han aumentado las temperaturas en los océanos (científicos españles han medido el calentamiento del Atlántico) y la subida del nivel del mar que, según un estudio de la Universidad Politécnica de Cataluña, anegaría 60 metros de costa en las zonas bajas.

Los vientos huracanados y temporales que han arrasado las costas del Mediterráneo, las inundaciones que sufrió Cataluña en octubre y los incendios que arrasaron los bosques españoles este año son otras pruebas del cambio climático.

El responsable de la campaña Energía y Cambio Climático de Greenpeace España, Jsé Luis García Ortega, se preguntó qué más desastres harían falta para concienciar a las autoridades de que deben reducir las emisiones de dióxido de carbono, "porque lo temerario sería afirmar que el cambio está por llegar, y esperar a entonces para actuar".

Según el informe de Greenpeace, España es al mismo tiempo verdugo del clima, pues continúa aumentando las emisiones de Co2, que es el principal gas de efecto invernadero, y víctima de los efectos que éste produce.

"El Gobierno pretende segui aumentando las emisiones de Co2 un 25 por ciento en esta década", señalan los responsables de la organización ecologista, que afirma que "la mayoría de las emisiones son causadas por las centrales térmicas, de las que el Gobierno prevé construir o ampliar más de una veintena".

"Greenpeace exige al Gobierno que reduzca las emisiones de Co2, en el año 2000 al nivel de 1990, y que apoye en la Cumbre de Berlín un Protocolo para la reducción de emisiones de Co2, para lo cual es necesario cambiar la polítia energética sustituyendo los planes de nuevas centrales térmicas por energías renovables, ahorro y eficiencia energética", señala el informe.