El seminario, titulado "Las consecuencias económicas en el desarrollo sostenible", ha sido organizado dentro del foro de empleo Indu Forum de la Escuela Técnica de Ingenieros Industriales de la Universidad Politécnica de Madrid.

El encuentro contó con la presencia de Esther Martínez, miembro del Colegio de Altos Estudios para el Desarrollo Sostenible de París; Domingo Jiménez Beltrán, asesor de Medio Ambiente de la Oficina Económica de la Presidencia del Gobierno; Manuel Soriano, miembro del Club de Excelencia en Sostenibilidad, y Marta de la Cuesta, miembro de Economistas Sin Fronteras y del Observatorio para la Responsabilidad Social.

Esther Martínez denunció la situación que viven los países en vías de desarrollo. Así, mientras un ciudadano americano consume diariamente 600 litros de agua potable y un europeo 250, un africano consume apenas 30 litros diarios.

A su juicio, es necesario buscar otro tipo de desarrollo, porque el actual, basado en el crecimiento económico, "tiene sus límites".

MAL REPARTO DE LA RIQUEZA

Martínez recordó que desde la década de los 60 la riqueza mundial se ha multiplicado por siete, al igual que la demografía. Sin embargo, este factor no lo han tenido en cuenta los grandes poderes y en el año 1990 un 40% de la población mundial vivía con tan solo dos dólares. "No todos han sacado provecho de la riqueza generada", apuntó.

"Por ello, tenemos que estar atentos al agotamiento de lo que la riqueza produce. No sólo hay que contar con los factores económicos, sino también con los valores sociales, culturales y medioambientales", dijo.

Por su parte, el ex director de la Agencia Europea de Medio Ambiente, Domingo Jiménez Beltrán, calificó de "insostenible" la actual situación.

A su juicio, el desafío al que nos enfrentamos no es de carácter técnico, sino de carácter político. "La falta de capacidad institucional y cortoplacismo con el que trabajan los estados son dos factores que nos limitan en gran medida", dijo.

Soriano denunció la escasa inversión que realiza España en I+D, "un indicador clave que explica en parte cuál es nuestra posición ante el desarrollo sostenible". En este sentido, apuntó que mientras países como Suecia dedican un 4,5% del PIB y la media europea está en el 2%, España sólo dedica el 1%.