En concreto, la Cámara solicita que no sean aprobados con carácter definitivo ni el incremento del Coeficiente de Población, que pasa del 1,70 al 1,82, ni tampoco el mantenimiento de la escala de índices señalados en la ordenanza municipal, con el fin de reducirlos a los límites que "ponderadamente corresponda para adecuar el impuesto a la situación y posibilidades de las empresas".

Por otra parte, en su escrito, la Cámara expresa la preocupación "sentida" de muchos comerciantes e idustriales de su censo por las consecuencias que la aplicación durante 1992 del IAE, que ha representado un incremento de sus costes, que les ha situado en peores condiciones fiscales que otros empresarios radicados en municipios en los que este impuesto es inferior.

Según los responsables de la institución, está situación hay que encuadrarla en un contexto en el que la economía madrileña continúa deslizándose por la fase descendente del ciclo económico, "a remolque de lo que ocurre en su entorno tant nacional como internacional, sin que, por el momento, se vislumbren indicios que hagan prever una próxima reactivación".

La industria madrileña muestra a lo largo del año un descenso en su actividad, con caídas generalizadas en la producción y en el volumen de ventas, que han originado una pérdida de puestos de trabajo.

En relación al comercio, y como consecuencia del debilitamiento de la demanda, se ha constatado un empeoramiento del volumen de ventas que afecta a todos los sectores. En cuantola evolución de la inflación, el IPC alcanza el 6,2 por ciento en Madrid, frente al 5,8 por ciento registrado para el conjunto del país.